viernes, 4 de febrero de 2011

La hipnosis

La hipnosis ha probado ser una herramienta clínica perdurable y válida usada por una
variedad de profesionales de la salud. Desde el siglo 18, ha sido practicada de acuerdo a variados
estilos y enfoques, desde el uso de Anton Mesmer de su propio magnetismo animal, al estilo
autoritario y directivo de Sigmund Freud, al enfoque flexible y utilitario de Milton Erickson. Para Freud
y otros en el último siglo, la hipnosis en si misma era un tratamiento para ser usado en la remoción y
el alivio de los síntomas. Pero la hipnosis hoy, como lo han indicado Kirsch, Lynn y Rhue (1993), es
utilizada no solamente como una modalidad de tratamiento exclusiva, sino que como coadyuvante
de algunas otras formas de terapia.
Una interrogante que debe ser considerada antes de discutir los asertos de la hipnoterapia
ericksoniana, es si la hipnosis, como intervención clínica, aumenta o no la efectividad del
tratamiento. Kirsch, Montgomery y Sapistein (1995) llevaron a cabo un meta-análisis de 18 estudios
en los cuales la terapia cognitivo-conductual fue empleada con y sin hipnosis. Sus resultados indican
que el resultado del tratamiento fue aumentado significativamente por la adición de la hipnosis. Sus
datos mostraron una mejoría de un 70% en aquellos clientes que recibieron hipnoterapia cognitivaconductual,
al ser comparados con sujetos que recibieron terapia conductual-cognitiva no
hipnótica. Kirsch y sus colegas concluyeron que el efecto de añadir hipnosis a la psicoterapia es
sustancial, particularmente en el tratamiento de la obesidad, donde en un seguimiento a largo
plazo, se encontró que la pérdida de peso fue mantenida. De este modo, en la afirmación más
general, la hipnosis es efectiva como una forma de tratamiento auxiliar. Dados esos datos, son
relevantes dos interrogantes: (1) ¿Cuán efectivo es un enfoque de hipnosis cuando es comparado
con otros enfoques? (2) ¿Qué elementos de un enfoque son centrales para su efectividad?

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